Terapia de parejas
El amor es ese deporte en el que sin saber andar, nos echamos a correr.
Marwan
Nadie nos enseña a amar, y mucho menos a amar bien. A menudo crecemos sin recibir las herramientas adecuadas para comprender y manejar las emociones que surgen en una relación, lo que hace que nuestro amor sea un proceso intuitivo, pero también lleno de vacíos. Queremos amar, y lo hacemos de la mejor manera que sabemos, con los recursos que tenemos en ese momento, pero a veces ese amor no basta. Las tensiones y conflictos en la relación pueden aparecer inesperadamente, a pesar de nuestras mejores intenciones, y eso nos lleva a cuestionarnos si estamos amando de la forma correcta.
En estos momentos, es fundamental recordar que el amor no es un acto unilateral, sino un proceso dinámico y compartido. La relación, como todo vínculo humano, es un reflejo de las interacciones entre sus miembros, y en ella, la responsabilidad siempre está compartida al 50%. Ninguno es completamente culpable ni completamente inocente; ambos juegan un papel en la creación de los desafíos y en la búsqueda de soluciones. A través de este proceso de autoconocimiento y reflexión conjunta, la pareja tiene la posibilidad de sanar, aprender nuevas formas de comunicarse y, lo más importante, de aprender a amarse mejor.
Descripción de la terapia
La terapia de pareja tiene como objetivo ayudar a las parejas a identificar y abordar los conflictos y dificultades que surgen en su relación.
A través de un enfoque terapéutico integrador, se examinan las dinámicas de la relación, entendiendo cómo los problemas actuales pueden estar relacionados con heridas pasadas, expectativas no expresadas o patrones de comunicación disfuncionales.
El trabajo terapéutico permite que ambos miembros de la pareja tomen conciencia de sus propios roles en el conflicto, reconociendo las contribuciones de cada uno al problema y fomentando la empatía y la comprensión mutua. En algunos casos, la terapia de pareja puede llevar a una renovación del vínculo, reconociendo el amor y los esfuerzos compartidos; en otros casos, puede resultar en la toma de decisiones conscientes sobre el futuro de la relación, ya sea para continuar o cerrar el ciclo de manera responsable.
El objetivo es siempre que la pareja se relacione de forma sana, libre y consciente, superando las cargas emocionales que cada miembro trae consigo.
Metodologia
Las tensiones en una relación sexoafectiva pueden tener tres puntos de origen.
El primero es nuestra propia mochila, que está compuesta por todas las experiencias previas que han formado nuestra capacidad de amar: nuestras vivencias emocionales, las relaciones sentimentales pasadas, cómo nos hemos sentido queridos por nuestras madres y padres, entre otras.
El segundo es la forma en que nos relacionamos: la manera en que nos comunicamos, cómo definimos nuestras necesidades, cómo establecemos y defendemos nuestros límites, y cómo vivimos nuestra sexualidad.
El tercero es el entorno, que incluye la relación con la familia de origen, el impacto del trabajo, las amistades, y el contexto político y social en el que vivimos.
Durante las sesiones terapéuticas, vamos identificando en qué punto de estos tres se encuentran las tensiones y trabajando en ampliar la conciencia individual. Así, cada miembro de la pareja puede hacer los reajustes necesarios para restaurar el equilibrio y la armonía en la relación.
En algunos casos, a lo largo del proceso, la pareja puede llegar a la conclusión de que la relación ha perdido su belleza. En esos momentos, lo más saludable puede ser cerrarla con gratitud y amor, valorando el tiempo compartido y todo lo aprendido.